jueves, 15 de octubre de 2009

el tren

Cuando vivía en Osaka iba a todas partes en bicicleta o, si la meteorolgía lo ordenaba, en autobús. Pero desde que vivo en Nara me he convertido en un usuario habitual del tren; por suerte no suelo cogerlo en hora punta, aunque la mayor parte del tiempo va bastante lleno.
Bueno, no voy a descubrir nada explicando que sí, que a primera hora de la mañana va lleno, y que hay empujones para rellenarlo (creo que menos que en Tokyo). Lo que me hace gracia es las carreras que se pegan muchos por sentarse cuando se abren las puertas, incluso cuando el tren llega vacío, totalmente, y somos cuatro esperando.
Lo que no soporto es cuando salgo de currar, cojo el tren, me siento y resulta que me he sentado al lado del típico "salaryman" que viene de tomarse unas cuantas copas. Yo tengo un trayecto de treinta minutos, y muchas veces es insoportable la peste a alcohol. Esto me ha pasado bastantes veces, yo lo pienso y no recuerdo haber sufrido esto en Barcelona, a no ser que sea fin de semana, y estés en el último tren. Pero claro, un martes y a las 8 de la tarde, pues como que no es el momento. Lo malo es que aquí es algo muy habitual, salir de trabajar e ir a beber (bastante). La semana pasada uno estaba como en el sofá de su casa, espatarrado y roncando; lo bueno es que se despertó justo en su parada; será la costumbre...

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